LOS ILEGALES SON COMO LOS PÁJAROS
(Traducido por Bucelario)
Compré un comedero para pájaros. Lo colgué en la parte trasera de la casa y lo llené de semillas. Era una preciosidad de comedero para aves, y lo llené amorosamente de semillas. Al cabo de una semana, teníamos centenares de pájaros que aprovechaban el continuo suministro de comida gratuita y fácilmente accesible.
Entonces comenzaron a construir nidos en la valla del patio, sobre la mesa y cerca de la barbacoa.
Luego llegaron las cagadas. Estaban por todas partes: en las baldosas del patio, las sillas, la mesa… ¡por todas partes!
A continuación, algunos pájaros se volvieron agresivos. Me atacaron y trataron de picotearme, a pesar de que los había alimentado con mi propio bolsillo.
Otras aves se volvieron alborotadoras y ruidosas. Se colocaron en el comedero y graznaron y gritaron a todas horas del día y la noche. Y exigieron que les diera más comida cuando el comedero se vaciaba.
Al cabo de un tiempo, ni siquiera pude sentarme en la parte trasera de mi propia casa. Así que desmonté el comedero y en tres días los pájaros se habían marchado. Limpié toda la porquería y me deshice de los muchos nidos que habían fabricado por todo el patio.
Pronto, el jardín volvió a ser como fue antes… tranquilo… sereno, sin nadie que demandase el derecho a comer gratis.
Actualmente podemos verlo. Nuestro gobierno regala comida, viviendas subsidiadas, atención médica gratuita y educación pública, y permite que cualquiera que nazca aquí se convierta automáticamente en ciudadano.
Entonces, los ilegales acuden por decenas de miles. De repente, nuestros impuestos se gastan en prestaciones gratuitas; cinco familias ocupan a la vez un pequeño apartamento; has de esperar seis horas para ser atendido en una sala de urgencias; la clase de segundo grado a la que acuden tus hijos está atrasada con respecto a otros colegios porque más de la mitad del aula no habla inglés.
Las cajas de Corn Flakles son ya bilingües; si quiero que me atiendan en inglés en el banco, debo exigirlo; y se ondea otras banderas mientras se grazna y chilla contra la nuestra por las calles, en demanda de más derechos y prebendas.
Es sólo una opinión, pero quizá es la hora de que el gobierno desmonte el comedero para pájaros.
Si estás de acuerdo, se bienvenido; si no, continúa limpiando las cagadas.
Harold A. Covington
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