jueves, 20 de enero de 2011

Gerhard Lauck, "Heroísmo Genuino".



Heroísmo Genuin
Gerhard Lauck
(traducido por Bucelario)
El Nacional Socialismo no padece la falta de héroes y heroínas. Sus hazañas, su cumplimiento del deber y, por encima de todo, sus sacrificios nos sirven de ejemplo, obligación y fuente de reciedumbre.
Mi generación, la primera de posguerra, aún tuvo la suerte de conocer personalmente a muchos de esos héroes. Recuerdo cuando visité, en la década de 1970, al famoso coronel Hans-Ulrich Rudel en su casa de Kufstein, en el Tirol. ¡Un gran honor!
Pero ha habido muchos otros camaradas que me han influido todavía más. En primer lugar, pasé más tiempo con ellos que con el coronel y, segundo, ellos no eran más que “personas normales”, pese a que hicieran mucho más de “lo normal”.
Estaban los viejos camaradas de las SA Walter Luttermann y Karl-Ferdinand Schwarz, el matrimonio Müller y “Armin” de la generación de las Juventudes Hitlerianas, Thies Christophersen, luchadores de la generación de posguerra tales como Michael Kühnen, Gottfried Küssel, Michael Storm y otros que permanecen sin nombrar por razones de seguridad. Algunos de esos camaradas y sus vidas me causaron una impresión especialmente fuerte.
…1945. La guerra ha terminado. Todo está perdido. La vida carece de sentido. Un hombre camina a través del bosque hacia las vías del ferrocarril. Se sienta en la vía férrea a la espera del tren, con lo que acabará esta triste vida. Medita. Entonces, toma una decisión diferente. Si sobrevive, tal vez un día pueda hacer algo siguiendo el espíritu del Führer. Un hombre se pone en pie y vuelve a casa. Los años pasan. En la primavera de 1972, un expulsado de Breslau afirma que existe un NSDAP/AO. Un hombre se convierte en uno de sus primeros miembros, uno de los voluntarios que más duro trabajan y un generoso donante financiero, si bien no es rico y su estilo de vida es modesto. Un hombre efectúa trabajo voluntario año tras año, década tras década. En la ancianidad aparece la ceguera. Pero un hombre sigue trabajando, aún puede plegar y llenar sobres postales… Enfermo mortalmente de cáncer. Con esfuerzo, puede comer y dormir. Caminar es difícil y agotador. Pero un hombre todavía puede hacer algo: se arrastra hasta el escritorio y trabaja con el ordenador. Las horas pasan. Porque es duro levantarse y regresar al butacón. Día tras día. Año tras año. En la mañana del último día de vida, la rutina se mantiene. Por la tarde, acude la muerte.
…1945. Un joven soldado continúa luchando tras el armisticio. Más tarde es capturado pero no identificado como un combatiente werwolf. Cuatro años en un campo de prisioneros especial para nazis sin arrepentimiento. Finalmente, la libertad. Inmediatamente, reanuda su activismo político. Prisión. Su esposa lo abandona. De nuevo la libertad. Activismo político y un cargo de importancia en el NSDAP/AO durante la década de 1970. Pero un traidor lo lleva a la cárcel. Su segunda mujer lo abandona… Cuatro años de encarcelamiento político, sin libertad condicional. Entonces, el día de la libertad. Regreso al trabajo político. Un año de intensa actividad, seguido de otros cuatro de prisión. Libre de nuevo, activo de nuevo hasta la muerte.
…Un hombre resulta lisiado en la guerra. Pierde ambas piernas. Pierde un brazo. El otro brazo herido. Aún no está incapacitado, la labor telefónica es posible. Gracias a su trabajo con el teléfono, el NSDAP/AO expande su programa de televisión de una a dieciséis ciudades en cerca de una año.
… Una crisis. Alguien interviene y se hace con el control sin estar cualificado para ello. El trabajo político sustituye al tiempo libre y a la profesión, empeoramiento, preocupación y stress. Aguanta durante años hasta que acontece la crisis, y su propia y numerosa familia tiene de nuevo prioridad.
¡Camaradas, son historias verídicas!
He trabajado estrechamente con esos camaradas, en algunos casos durante décadas. Debemos a ellos lo que ha sido el NSDAP/AO en las últimas tres décadas.
Pueden serviros de ejemplo y obligación, de consuelo e inspiración, como me han servido a mí.
Tal vez algunos de vosotros lleguen a ser ejemplos a seguir para aquellos que, más adelante, se unan a nuestras filas y porten la sagrada enseña de la esvástica, cuando nosotros también recibamos la llamada para ingresar en las grandiosas tropas de asalto del cielo.
¡Por la bandera que significa más que la muerte!

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